“Revolution” volvió hace aproximadamente un mes después de hacer un parón desde noviembre hasta marzo de este año, algo que parecía presagiar que muchos de los espectadores podrían abandonar la serie ante esta ausencia tan prolongada. Por su parte, el equipo creativo parece que ha aprovechado para poner un poco las ideas claras e intentar definir su producto dándole una identidad propia.
Lo que ha quedado claro en esta vuelta de la serie es que
los guionistas son cada vez más conscientes de sus limitaciones, tanto propias
a la hora de escribir una historia ya sembrada como de los actores que tienen
disponibles. Alejándose del san Benito de sucesora de “Lost”, la serie de
J.J.Abrams ya no tiene esa gran necesidad de dar respuestas al por qué del
apagón electrónico, y se ha centrado casi totalmente en contarnos una historia
pura de acción en la que lo importante son las motivaciones y los tejemanejes
de los dos bandos y sus miembros, así como el interés por definir a alguno de
los personajes. En esto encontramos también un sello de identidad de la serie:
conscientes de la limitada capacidad de algunos de sus intérpretes, hay una
facción importante integrada por Miles (Billy Burke), Charlie (Tracy Spiridakos),
Nora (Daniella Alonso) y Aaron (Zak Orth) que prácticamente están limitados a
esas escenas de acción; mientras que el trío compuesto por Bass (David Lyons) –sin
duda el personaje más interesante de la serie-, Tom (Giancarlo Expósito) y
Rachel (Elizabeth Mitchell) son los que se encargan de dar la intensidad
emocional de las tramas, en gran medida.
Incluso la muerte hace unos capítulos de Danny (Graham
Rogers), el dinamizador de la trama de búsqueda de la primera parte de la
temporada, ha servido para darnos un capítulo más que decente y además para
quitarse un lastre de encima, ya que las cualidades interpretativas del actor
eran tan limitadas como las posibilidades del personaje. Tarde o temprano, en
su función de target, entrará Nate (JD Pardo), que parece haberse revelado
contra la República para engrosar las filas de los rebeldes, así como el padre
que ha encubierto su traición. Un caso aparte es Miles Matheson, ya que es el
eje sobre el que pivota la serie y el que suele llevar las riendas de las
escenas de acción, pero a la vez, su relación de amistad truncada con Bass es
el segundo pilar de la serie. En cuanto al argumento como tal, descubrimos que
las pistas que se nos van dando sobre quién y por qué provocó el apagón y qué
función pueden tener los pendientes electrónicos van muy con cuentagotas, pero
incluso el espectador ya ha asumido que no es lo importante de esta serie. Con
sus virtudes y sus defectos, “Revolution” es así.
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