domingo, 17 de junio de 2012

1ª TEMPORADA DE "NEW GIRL"


“New Girl” ha sido para mí una de las agradables sorpresas de la temporada televisiva americana en cuanto a comedia se refiere. Una sitcom ligera, con una en principio muy marcada protagonista, que era el personaje interpretado por Zooey Deschanel. Sin embargo, con el transcurso de los capítulos hemos podido constatar que la serie es mucho más que Jess. Los guionistas han optado por hacer extremos a los personajes, tomando como punto de partida sus fobias y manías. Por eso, la serie hace de lo friki la sublimación del humor. La diferencia, el patetismo bañado de pensamiento positivo, como eje de la bienhumoración. Por eso es una serie muy particular, que puede echar para atrás a una gran parte del público que no se encuentre cómodo con esta forma de hacer reír. Por poner un ejemplo, al principio de la serie, Jess era un personaje muy dado a crear canciones para definir situaciones que le estaban ocurriendo al momento, y este es un comportamiento que puede provocar una extrañeza que te lleve a la carcajada, pero también a la indiferencia o a la repulsión.

Sin embargo este tipo de humor se diferencia por poner un ejemplo radicalmente de lo que puede ser una serie parecida a esta, como “Big Bang Theory”. En la serie de Sheldon y compañía, la comicidad viene muchas veces de situaciones que fomentan lo que se llaman “chistes de personaje”, es decir, chistes basados en la personalidad de la disparidad de personajes, que funcionan perfectamente cuando estos están muy bien definidos. Sin embargo, “New Girl” tiene lo que podríamos denominar como dos arcos de humor, uno que correspondería con el anteriormente citado, y que saca jugo a las peculiaridades y rarezas de cada personaje llevadas al extremo e incluso a la parodia freak; pero también nos encontramos otra línea que bucea en una especie de humor que subyace en la propia esencia de la serie, un humor en el que los comportamientos avergonzantes y el modo de proceder friki toma forma propia, haciendo a los personajes imprevisibles dentro de la previsibilidad que les da el estar tan claramente definidos.

Por ello, tenemos por un lado el baluarte geek de la serie, que es el pez fuera del agua que al final no lo es tanto, interpretado Zooey Deschanel. Sin embargo, no se le queda atrás Schmidt (Max Greenfield), un personaje contradictorio, que por un lado parece estar marcado como un baboso pero que luego nos sorprende con taras obsesivas propias del más sensible de los metrosexuales. A esto hay que añadir la relación disfuncional que tiene con el personaje de Cece (Hannah Simone), la amiga modelo de Jess (que es el personaje más plano, pero que funciona bien como contrapunto de Schmidt y que ha ido ganando relevancia poco a poco). Tenemos también a, a priori el menos definido del cuarteto protagonista, Winston (Lamorne Morris), sobre el que utilizan más el recurso de humor físico y algunos ramalazos que le intentan hacer contradictorio en la forma de ver la vida. El último de los personajes es Nick (Jake Johnson), el aparentemente menos fóbico pero el más patético de los cuatro, un personaje volátil y acomplejado por sus fracasos que es capaz de hacer verosímil la ida de olla más grande, ya que es un personaje al que te crees siempre en su particular bajada a los infiernos. Por finalizar la reflexión, diremos que el último capítulo amaga con una especie de cliffhanger que solo podría venir de una forma posible: La ruptura del grupo por la marcha de uno. En este caso es Nick, el que recayendo al volver con una antigua novia que le ha destrozado la vida en sucesivas ocasiones, está dispuesto a mudarse y romper el particular equilibrio del piso. Sin embargo, de una forma desenfadada, friki y a la vez emotiva, se resuelve este conflicto con la vuelta de Nick al piso, mostrándonos un poco cual es el espíritu de la serie, y también cómo se cuece a fuego lento una profunda tensión sexual no resuelta entre Nick y Jess.

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