BATTLESHIP

Adaptación libre al cine del popular juego de mesa de Hasbro conocido como “Hundir la flota” o “Batalla naval”. La curiosa variante que plantea esta versión es que la batalla será entre la U.S. Navy y… ¡una flota alienígena! La historia nos plantea una épica aventura de acción que transcurre en el mar, el cielo y la tierra, y en la que nuestro planeta lucha por sobrevivir contra una fuerza muy superior.

“Battleship” es simplemente la acción por la acción. Espectacular pero insustancial. El que la sinopsis parta de un videojuego ya nos dice bastante de la sencillez de esta, pero las opciones que tenían para hacer la narración más humana, con más conflicto, o desde un punto de vista más original se ven truncadas por un guion simplón y resultón, que se dedica a planificar con brío las escenas de batalla. Hay elementos durante la película bastantes indicativos de todo esto. Por un lado, creo que es la primera vez que la muerte del hermano de un protagonista no detona nada, ya que los protagonistas siguen en el mismo punto en el que estaban minutos atrás y no cambia nada su percepción del conflicto o de lo que quieren hacer. También está desaprovechada la actriz Brooklyn Decker (desaprovechada narrativamente hablando), que da vida a la novia del protagonista, con la que nos encontramos en que durante el conflicto de la lucha con los alienígenas ella se encuentra a centenares de kilómetros de su posición, por lo que no crea tensión ni influye en las decisiones de Hooper, el protagonista. De esto se deduce, que en la transición del formato no hay verdadero trabajo, ya que el guion flaquea por todos lados y se limita a aprovechar lo espectacular del género para mostrar un sinfín de explosiones e inmersiones metálicas en el mar. El momento más agradable nos lo regalan los verdaderos veteranos de la marina estadounidense, haciéndose cargo del destructor que tratará de vencer al contendiente alien.

La planificación de las escenas, aunque elegante y efectista, también tiene la lacra de que a veces cansan al espectador ya que pasan bastantes tramos de la película sin haber giros de guion o sin avanzar ostensiblemente la trama. La recreación de los aliens también es digna de reseñar, usándolo de forma alternada y sin sobrexponer su aparición. La película está protagonizada por Taylor Kitsch en el papel del teniente Hopper, un oficial de la Marina destinado al John Paul Jones; el joven y emergente actor no acaba de cogerle del todo bien el pulso al héroe, y esto es probablemente también debido a fallos del guion, ya que se nos presenta primero como un payaso y luego se le quiere reconvertir en el hombre de hierro. Brooklyn Decker es Sam Shane, una fisioterapeuta de la Marina y novia de Hopper; la modelo hace su papel y nos ofrece justo lo que se busca con su incorporación, belleza y exuberancia. Alexander Skarsgård es Stone, el hermano mayor de Hopper y comandante del Samson, uno de los actores más potentes y más desaprovechados del film; la cantante y ahora actriz Rihanna es la suboficial Raikes, especialista en armas del John Paul Jones; y Liam Neeson es el almirante Shane, el oficial superior de Hopper y Stone (y padre de Sam), que tiene una aparición esporádica pero que sube un poco el caché de esta película efectista y explosiva.