DE CINTURA PARA ARRIBA

Rosalba (Nicoletta Romanoff) está enamorada de Danilo (Filippo Nigro), un joven que cumple condena en la cárcel. Para ayudarle a sobrellevar la soledad, decide escribirle cada día una dulce y apasionada carta de amor. Pero, como es incapaz de expresar sus sentimientos con palabras, le pide ayuda a su amiga Katia (Cristiana Capotini), que vive postrada en una silla de ruedas. Esas cartas que, en principio, deberían expresar los sentimientos de Rosalba, acaban reflejando los de Katia, que conquista el corazón de Danilo. Nace así un amor que luchará por superar cualquier barrera.

Esta comedia italiana no acaba de salir a flote como podría haberlo hecho. Prácticamente se queda a medio camino en todos sus cometidos o en sus pretensiones. Por un lado, el aspecto cómico no acaba de despuntar como debiera: La incorrección política derivada de tener a un personaje en silla de ruedas que se aprovecha de su situación de minusvalía para sacar ventaja de ello, y el tener a su pareja en una institución penitenciaria no les ha sido suficiente para que la complacencia pase a ser sonrisa o carcajada. Lo mismo sucede con la otra parte del género que no es comedia, que viene a ser el aspecto romántico: se queda también un poco desvirtuado, sobre todo en los flashbacks que cuentan la relación entre Danilo y Katia. Por otro lado, la lírica de las cartas no es lo suficientemente potente, emotiva u original como para ocupar tanto metraje en el film, por lo que se acaba haciendo algo reiterativo. A la película le falta una tesis mucho más potente, ya sea, o bien en la versión de comedia o bien en la versión romántica, pero se queda navegando entre dos mares. Ni es una película como alegato el amor contra todo tipo de barreras, ni es una película sobre dos personas que rompen tabúes de forma irreverente.

Salva esta mediocridad de guión la actriz protagonista, Cristiana Capotini, tan luminosa e intencionada en su interpretación que logra levantar en gran medida el interés de la película. Las escenas sobre Katia y Danilo situadas en el presente tienen gran interés en cuanto a contenido, ya que se tratan temas y dilemas muy acuciantes para los personajes, temas que a la vez son muy universales. Sin embargo, se hace un poco irritante el tener que ver a su protagonista masculino continuamente sin ninguna otra prenda que un slip, asociándole perjudicialmente con el prototipo de italiano más casposo y chulesco. Por todo esto, da la impresión de ser una película con una idea que solo da para un mediometraje, porque no tienen la suficiente capacidad para profundizar en algunos temas o personajes; intentando suplicar esta carencia de material por algún lado, introducen un especie de gag trabajado en varios momentos entre el jefe de policía y la amiga casquivana de Katia, que no está mucho en el tono del concepto del film. Así bien, el punto tal vez hubiera estado en potenciar o bien el sentido de ese humor irreverente, o bien alguno de los personajes protagonistas, sobretodo en un personaje tan castigado y sin futuro como el de Danilo (drama), o una mujer con una energía tan vital a pesar de su minusvalía como Katia (comedia).