lunes, 5 de septiembre de 2011

DEUDA


En 1965 tres jóvenes agentes del Mossad (los servicios de inteligencia de Israel) capturan y matan, durante una misión secreta, a un importante criminal de guerra nazi. Treinta años después, descubren que está vivo... Remake del film israelí The Debt dirigido en 2007 por Assaf Bernstein.

En esta sinopsis evidentemente tramposa podemos rescatar en su interior un thriller de espionaje perfectamente desarrollado, que bucea en los entresijos de una misión crítica de estos tres agentes, y que se centra más en las consecuencias y dualidades éticas del trabajo que realizan, que en la acción propiamente dicha, cómo podríamos esperar en un principio.  Lo primero que llama la atención del film y que es garante de calidad y buen hacer es uno de los nombres que se hacen cargo del guión (Matthew Vaughn), que da el salto al thriller después de dirigir excepcionales guiones de otros géneros como “Kick-ass” o “X-Men: Primera generación”.  La narración se sostiene en gran parte por el reparto. Respecto a los actores que interpretan a las versiones jóvenes de los personajes sobresale Jessica Chastain (el personaje de Helen Mirren de joven), con un buen trabajo actoral tanto a nivel gestual-interpretativo, como físico (ver la escena de la huida del doctor nazi); en cuanto a sus compañeros masculinos, veo más adecuado a Marton Csokas que al más conocido Sam Worthington, ya que en mi opinión este segundo no muestra su dolor ni el dilema al que se está enfrentando sino que su cara denota más bien inoperancia. Tom Wilkinson y Helen Mirren dotan por su parte de glamour y saber hacer a sus versiones más experimentadas.

Un punto muy a favor del guión es el retrato que se hace del monstruo (Jesper Christensen) que tienen que capturar en la misión, a través de los diálogos que mantiene con sus tres antagonistas. La película se hace un poco larga, y probablemente los últimos quince minutos se podían haber obviado, ya que lo que interesa en el film es el conflicto interior de los personajes.  El montaje paralelo funciona al principio en la alternancia en los dos momentos históricos, y por eso mismo el remate final resulta algo innecesario a mi parecer. Así mismo, la sensación de verosimilitud de la historia del año 1966 se ve un poco mermada por la artificiosidad y las prisas de la de 1997. Hay que valorar por otro lado una muy adecuada BSO, económica pero efectiva en cuanto a emociones, acompañando perfectamente a los protagonistas en su viaje emocional y a la trama en su devenir.

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