En esta tercera entrega de la saga Transformers, los Autobots y los Decepticons se ven envueltos en una peligrosa carrera espacial en la Tierra entre los EE.UU. y Rusia, y una vez más Sam Witwicky (Shia LaBeouf) tendrá que acudir en ayuda de sus amigos robots con la inestimable ayuda de su nueva novia (Rosie Huntington-Whiteley) y personajes conocidos como el casi retirado Epps (Tyrese Gibson), el capitán Lennox (Josh Duhamel) y el peculiar Simmons (John Turturro).
La cinta nos regala con lo mejor y con lo peor del término, a un Michael Bay en estado puro. Realmente estamos ante un espectáculo visual con todas las letras, pero eso sí, con una trama tan sencilla e infantil como las dos anteriores (aunque supone un pequeño salto respecto a la segunda, la más floja de todas). Sin embargo, ahora, ya no puedes decir que te sientes engañado: con las dos primeras sabes lo que te vas a encontrar y eso es lo que te dan. Y además ahora te lo dan multiplicado por tres gracias por un lado a la tecnología 3D de la que se saca partido a medias (los movimientos de transformación y movimiento son más orgánicos y menos tecnológicos), y por otro lado de la excepcional utilización del dolby surround (que te hace estar muy metido dentro de la historia). El tono y estilo de humor se mantiene, recuperando personajes como el de John Turturro, los padres de Sam, y ofreciéndonos al propio protagonista (Shia Labeouf) en un registro del personaje al que los problemas le encuentran y que se ve envuelto sin quererlo en algo de mayor envergadura a lo que puede enfrentarse, pero a lo que se enfrenta haciéndolo lo mejor que puede. Por otro lado, tal vez se potencie menos el romanticismo, ya que nos encontramos aquí con una relación consolidada a través de una elipsis narrativa, entrando eso sí en escena un tercer personaje que formará un especial triángulo amoroso, y que es el personaje interpretado por Patrick Dempsey.
Enlazando con la idea anterior, una de las novedades más importantes a nivel del reparto es el cambio de la exuberante, pero irritante y diva, Megan Fox por la bellísima modelo Rosie Huntington-Whiteley. Por otro lado, tenemos dos incorporaciones de nivel que se suman al gran reparto que adorna este producto: John Malkovich, que con el precedente de actores de nivel como Bernie Mac o John Turturro, se quiere unir al festival del humor, pero su personaje es tan puntual y estrafalariamente indeterminado, que no acaba de funcionar en el film. También la novedad del personaje de Francis McDormand, que intenta ser un soplo de aire fresco pero que pasa bastante desapercibido en el film. En resumen, esta película se hace excesivamente larga, al igual que todas las anteriores, pero sí eres un ferviente seguidor del cine espectacular y abrumador de Michael Bay podrás disfrutar de una buena dosis de peleas entre máquinas y hombres excelentemente rodadas y con un uso de la maquinaria cinematográfica (grúas y travellings) tan abrumadora que te sientes culpable de disfrutar de un espectáculo con una trama tan sencilla y con un desembolso presupuestario tan elevado.
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