“Sound of freedom”, dirigida por Alejandro Monteverde, es una película-evento
que ha causado bastante ruido en los últimos meses en el centro neurálgico de
Hollywood. La historia, basada en hechos reales, con un protagonista sacado de
la vida real, ha tardado cinco años en poder estrenarse, según sus productores,
por todas las presiones y piedras en el camino que ha encontrado. Hay dos
maneras de entender la cinta: Como película, cumple sin estridencias, una trama
directa a la yugular, sin florituras. Como reclamo para pasar a la acción,
necesaria, tal vez fútil. Sin embargo, como dijo el director y el productor en
su presentación en Madrid, cuando llegas a esta información, no puedes mirar a
otro lado. Tienes que hacer algo, aunque sea para aliviar tu conciencia. Es una
película denuncia que muestra a un agente federal que se infiltra en las redes
de trata para intentar liberar a niños esclavos.
Los giros, son suficientes, pero no incisivos. Los personajes, los
necesarios, pero no excesivamente trabajados. Como se aseguran de recalcar, la
película no es sobre Tim Ballard, o sobre una trama concreta, la película es
sobre los niños. Esos niños en los que hemos de poner ese ojo que no mira donde
no quiere mirar. Todo estructurado en un guion correcto, de narrativa eficaz,
donde en algún momento los diálogos pecan de efectistas y trillados. En cuanto
al reparto, sostiene la cinta un Jim Caviziel asociado a papeles de corte
conservador/cristiano desde su “Pasión de Cristo”, y que podemos recordar en su
papel magistral de “Person of interest”. A nivel anecdótico, la participación
siempre agradable de nuestro Javier Godino, interpretando un rol que conecta al
personaje de Caviziel con su apoyo en la red colombiana. Mi puntuación:
6 sobre 10. “Sound of freedom” se estrena mañana miércoles 11 de octubre en las
salas españolas.
Crítica de: Héctor Izquierdo.
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