Una exitosa mujer con suerte en el amor (Diane Kruger) trata
de romper la maldición de su familia: el primer matrimonio termina en divorcio;
para evitarlo, decide buscar a alguien al azar con quien casarse y divorciarse
(Dany Boon), antes de casarse con su querido novio.
El argumento, que es curioso e inteligente en su punto de
partida, se nos revela también como algo muy definido en el momento en que entendemos como va
a acabar la cosa, ya que conocemos desde hace siglos la estructura de la
comedia romántica clásica. Sin embargo, el trayecto es bastante disfrutable en algunos
puntos, bañado por esa fragancia a comedia francesa sutil y elegante,
acompañada por una buena interpretación de la pareja protagonista, que se
revela con buena química, aunque tampoco nada espectacular. El añadido de
ciertos elementos exóticos a partir de los viajes que realiza la pareja dan un
plus añadido de valor visual al conjunto, haciendo que los diálogos no sean
todo el sustento de la narración, ya que tampoco sobresalen por su originalidad
ni inteligencia. Es a su manera una particular revisión de la Bella y la
Bestia, pero muy sutil, a la francesa.
El envoltorio estructural es sencillo, con una especie de
prólogo con el que comienza y termina la película, y que se alterna con las secuencias
de la historia en sí, en forma de secuencia que cuenta un personaje que forma parte de
la película pero que podría ser casi extradiegético. En el apartado de casting,
tenemos en esta película a un gran Dany Boon (“Nada que declarar”), que realiza
una interpretación que fusiona un cariz contrahecho con un estilo entrañable
digno del jorobado de Notre-Dame más emotivo. Diane Kruger (“Las vidas posibles
de Mr.Nobody”), en una de las incursiones más claras que la recuerdo en comedia
está más que notable, sin sobreactuar ni un ápice, algo que me habría esperado
en un trabajo de este estilo. Mi puntuación: 6,5 sobre 10. “Llévame a la luna”
se estrena este viernes 19 de julio en las salas españolas.
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