viernes, 17 de mayo de 2013

KAUWBOY



Jojo tiene unos diez años y vive con su padre, quien por su trabajo está frecuentemente ausente. Según Jojo, su madre –cantante country– está de gira. Su padre no parece pasar por su mejor momento y Jojo oscila entre una independencia cotidiana adelantada y la necesidad de contención. A veces están las canciones de su madre, y a veces los triunfos en waterpolo en el colegio. Y una compañerita que hace globos de chicle. Además, Jojo encuentra un pichón de grajilla y lo adopta.

Es esta una película breve e intimista, que tiene un objetivo concreto y no se anda con dispersiones de ningún tipo. El protagonista absoluto del relato es Jojo, y así se cuenta la historia de este joven holandés. El niño protagonista (Rick Lens) transmite verdad desde una naturalidad pasmosa, desde la singularidad que te da el haberte enfrentado por primera vez a una cámara. Jojo busca el afecto que desde la muerte de su madre parecer haber perdido por completo en una compañera de waterpolo y en un grajo, el afecto que un padre encerrado en sí mismo por su dolor le niega sistemáticamente, incapaz de asumir la muerte de su mujer. Esta es la historia de superación desde el prisma infantil de un niño, de un héroe.

En la historia nos encontramos pues muy pocos personajes, apenas tenemos al niño protagonista, a su padre que hace las veces de antagonista en el relato, y sus apoyos que son en distinto grado la compañera de waterpolo y la madre, que aunque es un personaje inexistente, para la vida de Jojo es un motor importante ya que la tiene siempre presente. También hace bien a la película una suave y bien elegida banda sonora, que se despliega en momentos puntuales a lo largo de la narración, dando énfasis en los momentos en que Jojo pasa por momentos cruciales de su búsqueda de identidad para superar la muerte de su madre. Mi puntuación: 6,5 sobre 10. “Kauwboy” se estrena hoy viernes 17 de mayo en las salas españolas.

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