Roberto Bermúdez (Ricardo Darín), un especialista en Derecho
Penal, está convencido de que Gonzalo (Alberto Ammann), uno de sus alumnos más
brillantes, es el autor de un brutal asesinato cometido frente a la Facultad de
Derecho. Decidido a revelar su versión acerca del crimen, emprende por su
cuenta una investigación que acabará obsesionándolo.
“Tesis sobre un homicidio” es un thriller psicológico al
uso, en el que un solo asesinato sirve como pretexto para dibujar las
influencias que ejercemos unas personas sobre otras, ciertos pliegues en el
sistema judicial y un par de personajes que tienen un duelo de mentes similar al que mantiene Sherlock Holmes con su némesis Moriarty. Porque entre
estos dos personajes siempre suele haber cierta admiración mutua (inconfesable
en alguno de los casos), y el uno necesita al otro para dar un sentido a su
vida por mucho que a priori parezca que tratan de destruirse (lo que no es
excluyente). El argumento es en esencia parecido al que nos hemos podido
encontrar en películas recientes como “Fracture” con Anthony Hopkins y Ryan
Gosling o en algunas películas de terror psicológico. Nada aparentemente nuevo
en la historia; sin embargo, está narrado con un pulso narrativo excelente y un
arriesgado uso de la cámara y de los planos, instaurando un punto de vista
propio del director respecto a la novela en la que se basa. La apuesta narrativa del director, teniendo
su elemento más controvertido en un final no abierto pero que deja con la miel
en los labios, también tiene otros valores arriesgados
como el mostrar desde el principio a un solo sospechoso, sin duda una de las
herramientas que hacen de esta producción algo que se diferencia de otras de su estilo.
Así mismo, en el punto en que entendemos que la película no
nos sorprenderá demasiado en cuanto a la historia, el interés se sustenta en la
relación de tira y afloja entre los personajes de Ricardo Darín y Alberto
Ammann, en un duelo interpretativo en el que el joven argentino aguanta el tipo
con una profesionalidad que pocos actores de su generación podrían ofrecer,
dando cuenta de su potencial al dar vida de forma contenida a un ser
prepotente, extraño y que establece una particular relación con su mentor en el
que de la veneración a la destrucción hay solo una delgada línea. Nada que
decir de Ricardo Darín, que vuelve a dar otra lección de interpretación
poniéndose en la piel de un abogado académico, sin sobreactuar ni un ápice en
ninguna de sus escenas y dotándole de múltiples matices, y en el que podemos
ver su transformación sembrada de cierta soberbia y enfado con su vida
actual, capaz de cometer ciertos actos para desenmascarar a Gonzalo, incluso realizando actos que hacen que no se diferencie mucho de su alumno. Mi puntuación:
6,5 sobre 10. “Tesis sobre un homicidio” se estrena el 5 de abril en las
pantallas españolas.
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