viernes, 22 de marzo de 2013

LA COCINERA DEL PRESIDENTE



Hortense Laborie (Catherine Frot), una renombrada cocinera del Périgord, no acaba de creerse que el presidente de la República (Jean D`Ormesson) la haya nombrado su chef particular y que deberá encargarse de todas sus comidas privadas en el Palacio del Eliseo. A pesar de los celos y envidias de numerosos miembros del personal de cocina, Hortense no tarda en hacerse respetar gracias a su genio. La autenticidad de sus platos seduce al presidente, pero los pasillos del poder están trufados de trampas.

Christian Vincent, el director de la película, nos propone una nueva incursión en el mundo de la cocina, tan en auge desde hace unos años. Y lo hace con unos elementos que no se diferencian en gran medida de sus predecesoras salvo ciertas salvedades puntuales. Estas excepciones se nos ofrecen básicamente a cargo de su protagonista, interpretada por una arisca y sobria Catherine Frot que en ciertos momentos también es capaz casi de emocionar, dando vida a un personaje real que no es otra que la cocinera Danièle Mazet-Delpeuch. Los matices del personaje, creando una encarnación muy real que se aleja de los estereotipos o de los extremos en los que podía haber caído tanto director como actriz, nos muestra a una mujer con ciertos rasgos solitarios, algo soberbia e inteligente, que es capaz de perseguir su sueño enfrentándose a muchos, pero que luego también es capaz de abandonar ante el carácter poco saludable de la vida a la que se está viendo abocada. En todo lo demás, la película tiene un correcto equilibrio entre la comedia y el drama, pero no nos aporta grandes novedades ni puntos de vista distintos respecto a otras de su género.

Aunque sorprendente e interesante al tratarse de hechos reales y aunque es capaz de hacer evocarnos a este personaje histórico, le falta emoción, algo de intensidad a una trama que no aporta mucho de novedoso al mundo de la alta cocina. Como suele suceder, los platos y el frenesí de la elaboración de estos es un buen aliciente para acompañar a los conflictos que se nos intentan plantear, pero ya carece del impacto de la novedad anterior. Sí me parece necesario resaltar, la aportación de ciertos actores como el del pinche de Hortense, en una interpretación que raya la sobreactuación pero que se nos revela como extrañamente real, en un ejercicio bastante sorprendente para bien. Así mismo, Jean D`Ormesson se me antoja realmente insípido como presidente de la república, en un problema de peso ya presente en guion pero en el que ni el propio actor es capaz de dotarle de ciertos matices que le habrían hecho en un momento dado ganar en envergadura en cuanto a la historia. Mi puntuación: 6 sobre 10. “La cocinera del presidente” se estrena hoy viernes 22 de marzo en las salas españolas.

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