lunes, 19 de noviembre de 2012

LA IMPORTANCIA DE NO LLAMARSE BARAJAS


Ya en los inicios de “Aída”, Barajas aparecía como uno de los personajes secundarios que pisaban de vez en cuando por el barrio de Esperanza Sur, en concreto como uno de los dos amigos quinquis y faltos de neuronas del Luisma, junto al Tartaja. A partir de ese punto, mientras este segundo personaje desaparecía, Barajas se convertía en el gran apoyo del Luisma en todas sus locas andaduras, que ya no acometía en solitario. Por ello, los creadores de la serie se vieron obligados a dar con él un salto de novedad respecto al Luisma, ya que al darle mayor relevancia, corrían el riesgo de realizar un personaje que cumpliera exactamente la misma función en la serie que Luisma (Paco León), por lo que se vieron obligados a reformularle. Y aquí es donde los guionistas se tuvieron que devanar los sesos y darle una diferenciación que ha sido tanto trabajo de guion como trabajo del propio actor al pillarle el punto al personaje: No se trata ya de un personaje llanamente falto de neuronas, sino un arrastrado emocional y con una tierna carencia afectiva. Barajas es capaz de hacer la locura jamás pensada por diez euros, o de aceptar un insulto despiadado como si fuera un cumplido (del estilo de Luisma confesándole “Si no te lo he dicho es porque no quería compartir el dinero contigo” a lo que él responde “Muchas gracias Luisma. Yo hubiera hecho lo mismo”).


Por ello, han conseguido un personaje tan fuera de serie (en el término más literal de la expresión) y surrealista que a priori podría haber jugado en contra en la ficción, pero las licencias que permite a la hora de involucrarse en todo tipo de tramas hace que no nos fijemos en lo real que puede haber en él, ya que no es un estereotipo sino casi me atrevería a decir un nuevo tipo de categoría de ser humano que prácticamente se han sacado de la manga los guionistas. En estos términos, el Luisma también ha sufrido una evolución, ya que oscila entre dos puntos: algunas veces, es el que pone cierta sensatez (en la medida de lo posible) en la relación tan desternillantemente imposible entre los dos amigos, propiciado también porque el Luisma ahora ya no es el alivio cómico en solitario, sino que se le otorgó y se ha reforzado el elemento de tensión sexual no resuelta, por lo que es lógico que sea más cabal que el personaje de Canco Rodríguez. Por otro lado, en ciertas ocasiones, es el complemento ideal de Barajas, al que iguala en “tierna idiotez” para dar rienda suelta a todo tipo de tramas disparatadas y que solo son posibles en series de este corte. Se trata por tanto de una suerte de reinvención del payaso tonto (Luisma) y el payaso triste (Barajas), integrado en una serie en la que casi todos son estereotipos llevados al extremo.

Para ir terminando, encontramos unos cuantos elementos que hacen de Barajas un personaje inolvidable dentro de la ficción nacional: Por un lado, encontramos la cuestión del nombre. “Barajas” solamente es el apodo de Víctor, una especie de guiño al famoso “Frutero” de “7 vidas”. El personaje de “Aída” se ha nombrado desde el principio por este apodo, sin que el espectador haya sabido el nombre hasta muchos capítulos después de aparecer, pero el punto de originalidad estriba en que en ciertos momentos ni él sabe a ciencia cierta su nombre completo, ya que hace muchísimo tiempo que nadie le interpela como tal (de nuevo, ayuda a crear el carácter del personaje). El otro elemento es la propia evolución del actor en la construcción del personaje: En primer término tenemos el trabajo de la voz, una voz que logra inspirar lástima y ternura, un elemento más de la interpretación que el actor ha integrado en una simbiosis perfecta con su encarnación, al igual que hacen Mariano Peña con su peculiar deje y Miren Ibarguren en su personalidad border line. Por último, encontramos que Canco Rodríguez es un mago de la actuación en segundo término, robando a veces incluso el protagonismo al actor que tiene la frase en esa secuencia (ej: Barajas besando a un esqueleto mientras Luisma habla con Macu), otro punto más que le hace uno de los factores indispensables y en auge de esta serie tan longeva que es “Aída”.

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