SEIS PUNTOS SOBRE EMMA

Emma tiene casi treinta años y, aunque es ciega, vive obsesionada con el deseo de ser madre. Cuando descubre que su novio no podrá dejarla embarazada, rompe con él y emprende la búsqueda de un espermatozoide perfecto. Sin enamorarse, sin sentimientos. Parece fácil, pero no tardará en descubrir que su ceguera no reside únicamente en los ojos.

Esta es otra de las películas, como “Lo mejor de Eva”, que me apetece analizar y dar mi punto de vista personal, a pesar de que ya han pasado algunos meses desde que se estrenara en las pantallas españolas. Esta es una película sencilla, con grandes personajes secundarios que no molestan, sino que a pesar de tener cada uno su historia abrazan perfectamente la historia principal, la de Emma. Es una película que oscila entre lo íntimo y lo argumental. Parece que las actitudes de algunos personajes pueden llegar a ser algo extremas o disfuncionales, pero entendemos su comportamiento cuando a nosotros nos pasa lo mismo que a ellos, nos enamoramos de Emma, o lo que es lo mismo, nos enamoramos de la interpretación de Verónica Echegui. Porque lo que sobresale de la película, como casi siempre que participa ella en una, es Verónica Echegui, regalándonos de nuevo una interpretación memorable. El film revela una gran dirección de actores. Ya no solo en el caso de Echegui, que está inmensa, sino en su acompañamiento, que viene encabezado por el televisivo Álex García, pero también por actores conocidos como Marian Hérnandez, Fernando Tielve o Nacho Aldeguer. Este segundo, entra con esta película y con su papel en la serie “Frágiles” en el selecto club integrado sobretodo por Iván Massagué, de los actores españoles que dominan a la perfección y manejan con gran soltura los códigos y las dotes para interpretar con solvencia personajes de los denominados discapacitados mentales.

Como nota curiosa, la encontramos en que los protagonistas de esta película, Verónica Echegui y Álex García, repetirán relevancia en el próximo proyecto de Iván Escobar (creador de “El Barco”). Esta historia cruda y sobretodo con mucha verdad está narrada con pulso, sin estridencias y con las pausas necesarias. Tiene en su haber unos personajes muy reales, fuera de tópicos y que aportan su universo particular. Al final se desinfla un poco, pero el final es arriesgado y coherente con el retrato que se nos ha estado dibujando de su protagonista. La cámara nunca se está quieta, así como los pensamientos y el comportamiento de la protagonista. Pero no es un movimiento frenético, sino un ligero bamboleo, como lo hacen los planes que tiene Emma en su vida. Los paisajes que tenemos en los exteriores, son un soplo de aire fresco que sacan al espectador del agobio que puede producir las localizaciones como el lugar donde se imparte terapia  o incluso el hogar de la misma Emma, que parece empequeñecerse según avanza la narración. Por tanto, una película bella e insignificante, como la vida misma. Mi puntuación: 7,5 sobre 10.