“House M.D.” afronta su recta final. Mientras en España se
está emitiendo el capítulo dieciséis de esta octava y última temporada, en EEUU
se acaba de emitir el capítulo diecinueve, por lo que solo restan tres para
despedir a nuestro cínico e inteligente médico.
En estos últimos compases, nos hemos encontrado con unas
entregas más procedimentales de lo que cabía esperar, con la desaparición del
personaje de Trece (Olivia Wilde) y con poco ahondamiento en personajes nuevos
en los que se podía haber incurrido de una forma más personal, como por ejemplo
la doctora Jessica Adams (Odette Anable), que no ha tenido ni siquiera un
capítulo centrado en ella. Además, se ha perdido parte del potencial del
personaje de Foreman (Omar Epps) ya que se le ha relegado a un papel más
secundario al convertirse en jefe del hospital, dándole más importancia tanto a
Chase (Jesse Spencer) como a Taub (Peter Jacobson) e incluso a Park (Charlyne Yi). Una vez que el recurso del espejo en el que
el caso que están tratando se refleja emocionalmente en uno de nuestros
protagonistas ha perdido frescura, se debe profundizar más en la psicología de
los personajes haciendo vínculos mayores entre ellos, algo que sí que se está
notando desde el capítulo once. Entre estos episodios insípidos nos hemos
encontrado eso sí con dos soberbios que son “Nobody´s fault” y “Chase”,
centrados en este último personaje. El primero se alejaba de la estructura que
suele tener un capítulo de “House” para vernos inmersos en una investigación
que intentaba determinar quién había sido el responsable de un acto negligente,
y en el capítulo consecutivo los guionistas buceaban sobre la decisión que debe
tomar Chase cuando se convence de que la culpa de que lo que ha pasado es de
“House”, preguntándose hasta que punto puede llegar a asumir la beligerancia y
peligrosidad de los métodos de Greg solo por el hecho de que casi siempre lleva
razón y que cura a más pacientes que cualquier otro médico.
Sin duda “House” es una de las mejores series de la historia
en la que las relaciones de personajes están mejor construidas. La base de su
éxito nunca ha estado en sus casos médicos. El personaje de House (Hugh Laurie)
es uno de los mejores antihéroes que se han dibujado nunca en ficción: un
hombre que se odia a sí mismo, que tiene un gran sentimiento de culpa y que es
incapaz de ser feliz, que cree que el único don que tiene es ser un gran
médico, y no lo sacrifica por nada, por lo que es penoso en las relaciones
humanas, pero a la vez mordaz y divertido. Otro de los grandes puntales es su
“buddy-relationship” con Wilson (Robert Sean Leonard), creando un verdadero
vínculo cimentado en un tira y afloja emocional que recuerda a la relación
entre Sherlock y Watson. Por último, se puede decir que los demás personajes se
han ido forjando a la imagen y semejanza de Gregory House, personajes en los
que los errores y el carácter del médico son totalmente patentes inscritos en
su ya de por sí bien construida personalidad. ¿Qué nos debemos esperar en estos
últimos episodios? Por un lado vuelve el personaje de Trece, y estaría bien que
trataran de forma más inmediata su enfermedad de Hungtinton, ya que solo se ha
usado hasta ahora como backround de personaje. Así mismo sucede con el
personaje de Cameron (Jennifer Morrison), que vuelve solo para el último
episodio. Un verdadero puntazo sería que Cuddy (Lisa Eldelstein) al menos
volviera para este episodio final, ya que ha sido uno de los grandes apoyos de
la lenta y disruptiva evolución que ha tenido House. Una última pista para saber que nos deparará
el final es el nombre del último capítulo: “Everybody dies”, haciendo homenaje
a ese ya célebre “Everybody lies”. ¿Puede tener que ver con el personaje de
Trece? ¿Darán cierre al personaje de House de la forma más radical que se le
puede dar en una serie de ficción?
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